1 Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. 2 Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; 3 aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes. Selah
Salmo 46.1-3
15 Dichosos los que saben aclamarte, SEÑOR, y caminan a la luz de tu presencia;
Salmo 89.15
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